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¿Cómo explotan los delincuentes el comportamiento humano para evadir la seguridad?

  • Foto del escritor: Aline Silva | PhishX
    Aline Silva | PhishX
  • hace 21 horas
  • 6 Min. de lectura

No es nuevo que los delincuentes utilicen desencadenantes emocionales para cometer sus crímenes. Además, estas acciones se ven cada vez más agravadas por la falta de cuidado de la seguridad por parte de las organizaciones.


Es necesario entender que la seguridad digital no depende solo de firewalls, antivirus y encriptación, al fin y al cabo, cada vez más, los delincuentes han estado apostando por algo mucho más vulnerable, el comportamiento humano.


Como resultado, en lugar de tratar de entrar en sistemas altamente protegidos, prefieren manipular las emociones, crear situaciones de emergencia o hacerse pasar por personas de confianza para engañar a sus víctimas.


Por lo tanto, comprender cómo funcionan estas estafas es el primer paso para desarrollar una cultura de prevención.


¿Cuál es la importancia del comportamiento humano en la ciberseguridad?


Cuando se habla de seguridad digital, es común imaginar herramientas sofisticadas, encriptaciones avanzadas y sistemas de protección automatizados, son realmente importantes, pero por sí solos no son eficientes.


Desafortunadamente, muchas organizaciones todavía piensan de esta manera y a menudo subestiman lo que representa uno de los principales puntos de atención, es el factor humano.


Esto se debe a que, independientemente del nivel tecnológico que adopte una institución, la acción u omisión de una persona puede poner en riesgo toda la estructura.

Después de todo, el factor humano está en el centro de las decisiones diarias, como hacer clic en un enlace, abrir un archivo adjunto, compartir información.


Estas elecciones, a menudo tomadas automáticamente o sin la debida atención, son la puerta de entrada para los ciberdelincuentes.


Es por esto que la ingeniería social se ha convertido en una de las estrategias más utilizadas en los ciberataques, ya que en lugar de intentar romper los sistemas, los atacantes buscan explotar vulnerabilidades humanas como:


·        Curiosidad;

·        Miedo;

·        Confianza;

·        Apurarse.


Los criminales saben que el control de las emociones juega un papel crucial en la regulación del comportamiento humano.

 

Al fin y al cabo, cuando una persona se enfrenta a situaciones que amenazan su bienestar físico o psicológico, entran en juego diferentes procesos neuropsicológicos, como el control de los impulsos y la regulación de las emociones, que influyen en su percepción.


Este tipo de interacción puede dar lugar a  reacciones impulsivas, intensas y desproporcionadas al contexto vivido, guiándose mucho más por la emoción que por la razón.


Es por eso que el comportamiento humano es tan explotado, por estos actos de impulso, por lo que las personas terminan tomando decisiones sin pensar en sus consecuencias.


Por lo tanto, incluso con firewalls robustos y protocolos estrictos, solo se necesita un clic equivocado para comprometer datos confidenciales, paralizar operaciones o causar daños financieros y de reputación.


Por lo tanto, la seguridad de la información debe ir más allá de la tecnología. Requiere conciencia, formación continua y una cultura organizacional que valore la atención y el pensamiento crítico a todos los niveles.


¿Cuáles son las consecuencias de los ataques que explotan el comportamiento humano?


Los ataques basados en ingeniería social representan uno de los mayores riesgos para la seguridad de las organizaciones, las consecuencias de este tipo de brechas comprometen la reputación y la relación de estas empresas con otras instituciones.


Después de todo, cuando un ataque tiene éxito, los impactos para la organización pueden ser devastadores.


En primer lugar, existe el riesgo de exposición o fuga de datos confidenciales, lo que compromete no solo la seguridad de la organización, sino también la privacidad de los clientes, socios y empleados.


Esto puede provocar daños a la reputación, pérdida de credibilidad en el mercado y un abuso de confianza con el público.


Además, hay consecuencias directas en los costos operativos, porque las organizaciones atacadas tienen que lidiar con:


  • Investigaciones;

  • Correcciones;

  • Demandas;

  • Pago de multas reglamentarias;

  • Pago de rescates en ataques de ransomware.


Por no hablar de los tiempos de inactividad de los sistemas y las pérdidas causadas por la interrupción de las actividades.


Otro punto crítico es el impacto interno, al fin y al cabo, los ataques generan un clima de inseguridad entre los equipos, desconfianza y, en muchos casos, la sobrecarga de sectores como el informático y la seguridad de la información. Todo esto afecta la productividad y la estabilidad organizacional.


¿Cómo protegerse de estos ataques?


Para proteger a su organización de estos ataques, debe reconocer la importancia del factor humano y comprender que la seguridad digital es, ante todo, una responsabilidad colectiva.


Pero para que esto funcione, es necesario cultivar la conciencia todos los días y las empresas deben invertir en acciones de capacitación para sus empleados.


Es fundamental adoptar estrategias centradas en las personas, los procesos y la cultura. A continuación, conoce cuatro acciones fundamentales para fortalecer la seguridad frente a este tipo de amenazas.


Invertir en formación continua

Empoderar a las personas es uno de los pilares más efectivos para prevenir ataques de ingeniería social.


Esto se debe a que, cuando están bien informadas, las personas pueden reconocer intentos de manipulación, como mensajes con sentido de urgencia, solicitudes de datos confidenciales o enlaces sospechosos.


Como resultado, la capacitación regular ayuda a crear una base de conocimientos que se fortalece con el tiempo.


Además de abordar los riesgos más comunes, es importante que la formación sea dinámica, práctica y contextualizada a la realidad de la organización.


El uso de ejemplos reales, simulaciones y lenguaje accesible contribuye a la participación de los participantes, después de todo, cuanto más cercanos a la vida cotidiana estén estos contenidos, más efectivo será el cambio de comportamiento esperado.


Establecer procesos de verificación claros


Es esencial contar con protocolos bien definidos para manejar solicitudes confidenciales. Muchos ataques ocurren precisamente cuando una persona, actuando con buenas intenciones, responde rápidamente a una solicitud urgente sin confirmar su origen.


Por lo tanto, los procesos de doble verificación, como la validación de transferencias financieras o cambios de registro a través de un segundo canal de confianza, son formas sencillas y efectivas de reducir los riesgos.


Además, es fundamental asegurarse de que todos sepan qué canales son oficiales para las comunicaciones internas y externas.


Porque la falta de claridad al respecto facilita que los delincuentes se hagan pasar por colegas o proveedores. Tener una política de seguridad accesible y que se aplique con frecuencia ayuda a mantener a todos alineados y menos vulnerables a la manipulación.

 

Simular ataques para probar la respuesta de los equipos


Las simulaciones de phishing son herramientas valiosas para comprender cómo reaccionan las personas a los intentos de ataque.


Esto se debe a que permiten identificar puntos de vulnerabilidad, medir el nivel de atención y ajustar el entrenamiento en función de los resultados. Más que una prueba, estas acciones son oportunidades para un aprendizaje práctico y realista.


Después de cada simulación, es importante dar retroalimentación constructiva a los equipos, explicando lo que sucedió y cómo sería la respuesta ideal.


Esto refuerza el conocimiento y muestra que la seguridad es una responsabilidad compartida. Con el tiempo, estas simulaciones crean un entorno de vigilancia constante y ayudan a convertir la atención en un hábito.


Crear una cultura de seguridad a todos los niveles


La protección contra los ataques de ingeniería social debe verse como parte de la rutina de la organización, no como algo restringido al sector de TI.


Cuando una cultura de seguridad está presente en todos los niveles, desde el liderazgo hasta los pasantes, las prácticas seguras se vuelven naturales.


Para ello, es necesario mantener el tema en evidencia, con campañas internas, comunicaciones periódicas, reconocimiento de buenas prácticas y el apoyo de la dirección, todas estas acciones marcan la diferencia en la protección de datos.


Las organizaciones necesitan entender que la seguridad no debe ser un tema lejano o técnico, después de todo, cuanto más integrada esté en la cultura de la institución, más fuerte será la protección contra las amenazas que explotan el factor humano.

 

PhishX en la lucha contra estos ataques


Ante el constante avance de los ataques de ingeniería social, que explotan directamente el comportamiento humano para burlar la seguridad de las empresas, contar con un enfoque eficiente e integrado se ha vuelto indispensable.


Es en este escenario que PhishX se posiciona como un aliado estratégico de las organizaciones, ofreciendo un ecosistema completo de soluciones para construir una cultura de seguridad sólida y continua.


Con PhishX, las empresas pueden formar a sus empleados de forma práctica y personalizada, a través de campañas de concienciación a medida, que simulan ataques de phishing reales.


Estas simulaciones ayudan a identificar vulnerabilidades de comportamiento y transformarlas en oportunidades de aprendizaje, elevando el nivel de atención y respuesta de los equipos frente a las amenazas digitales.


Además, la plataforma ofrece recursos de microaprendizaje y formación interactiva, que mantienen a los profesionales al día con contenidos objetivos, atractivos y aplicables a la vida cotidiana.


El objetivo es convertir el conocimiento en un hábito, fortaleciendo el sentido de responsabilidad individual y colectiva por la seguridad de la información.


La lucha contra la ingeniería social requiere más que herramientas, requiere personas comprometidas y conscientes.


PhishX ayuda a las organizaciones a lograr esto a través de un viaje continuo de educación, compromiso y transformación cultural. Porque, al final del día, la mejor defensa es la que se construye con personas.


¡Póngase en contacto con nuestros expertos y obtenga más información!


Persona vista desde atrás sosteniendo un teléfono celular cerca de su oído durante una llamada.
Los delincuentes explotan el comportamiento humano para eludir la seguridad

 
 
 

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