Las amenazas internas suelen ser las causas más comunes de las violaciones de datos, ya que las estrategias, los procedimientos y los sistemas de ciberseguridad suelen centrarse en las amenazas externas, lo que hace que la organización sea vulnerable a estos ataques.
Pero esto es un gran error, después de todo, las personas malintencionadas tienen una ventaja que los atacantes no tienen, a su familiaridad con los sistemas, procesos, procedimientos y políticas.
Como tal, las organizaciones deben tratar las amenazas internas con el mismo rigor que lidian con las amenazas externas. De hecho, son tan dañinos como cualquier otra forma de ataque.
¿Qué son las amenazas internas?
Una amenaza interna se refiere a un riesgo de ciberseguridad que se origina dentro de una organización, es decir, causado por personas que trabajan o conocen los sistemas de esa institución, que puede ser:
Empleado actual o anterior;
Proveedor;
Proveedores de servicios
Socios comerciales.
Estas amenazas pueden ejecutarse de forma intencionada o no intencionada, ya sea haciendo un mal uso de su acceso o secuestrando sus cuentas. Sin embargo, independientemente de la intención, el resultado final es siempre el mismo.
El compromiso de la confidencialidad e integridad de los sistemas y datos de las organizaciones, que suele ser muy perjudicial y desencadena una serie de consecuencias.
Por mucho que las amenazas externas sean más comunes y reciban más inversiones y protagonismo, las amenazas internas deben formar parte de la planificación de la ciberseguridad.
Esto se debe a que, según un informe de IBM, las brechas internas, que incluyen acciones accidentales o maliciosas por parte de los empleados, pueden costar a las empresas una media de 4,45 millones de dólares por incidente.
Esta cifra incluye los costos de respuesta a incidentes, investigación, pérdida de productividad e impacto en la reputación. Al fin y al cabo, sufrir un ciberataque conlleva numerosos gastos.
Además, un estudio de Fortinet destacó que el 41% de las organizaciones se enfrentaron a exploits de vulnerabilidades que permanecieron sin parchear durante largos períodos, lo que muestra el impacto de las fallas de seguridad internas.
Ya sea por negligencia o falta de recursos adecuados para la gestión de parches y parches. Estas cifras refuerzan la importancia de invertir en programas de concienciación y políticas internas de ciberseguridad.
¿Cuáles son los tipos de amenazas internas?
Por mucho que las amenazas internas se refieran a un riesgo cibernético que se origina dentro de la organización cuando las personas con acceso privilegiado comprometen, intencionalmente o no, la seguridad de la empresa.
Sepa que existen algunos tipos de amenazas que pueden ser causadas por varios factores, y conocerlas es fundamental para que las organizaciones sepan cómo protegerse.
Amenazas internas maliciosas
Estas amenazas suelen provenir de empleados actuales descontentos o incluso de antiguos empleados que aún tienen acceso a los sistemas y a la información, utilizan sus privilegios para:
Robar datos confidenciales;
Espionaje corporativo;
Causar daño intencional;
Cuestiones financieras;
Venganza;
Competición.
Además, algunas de estas personas pueden trabajar para terceros malintencionados, como ciberdelincuentes o incluso competidores, que utilizan a estos empleados para interrumpir las operaciones comerciales, entre otras cosas.
Amenazas por negligencia
Por lo general, en este caso, las personas no se dan cuenta de que son una amenaza para la organización y comprometen accidentalmente la seguridad digital.
Lo cual puede ocurrir por falta de conocimiento, descuido o no entender la importancia de la ciberseguridad.
Como resultado, las personas caen en ataques de phishing, eluden los controles de seguridad para ahorrar tiempo, envían accidentalmente información confidencial o incluso cuidan adecuadamente sus dispositivos.
Algunos ejemplos son el envío de información confidencial a la persona equivocada, el incumplimiento de las políticas de seguridad o el uso de contraseñas débiles, lo que expone a la empresa a riesgos de ciberataques y la hace susceptible a intrusiones.
Amenazas internas comprometidas
En el caso de las amenazas internas, personas ajenas a la organización manipulan o chantajean a los empleados para que realicen actividades maliciosas.
Este tipo de amenaza puede ocurrir de diferentes maneras, como a través de la ingeniería social o incluso el chantaje financiero.
De esta manera, los ciberdelincuentes pueden acercarse a empleados vulnerables o descontentos, ofreciendo una compensación a cambio de información o acceso a los sistemas.
En otros casos, el chantaje puede utilizarse para obligar a estas personas a colaborar con los delincuentes. Por ejemplo, con la divulgación de información personal sensible o esquemas de extorsión, obligándolos a colaborar con actividades ilegales.
¿Cómo combatir las amenazas internas?
Combatir las amenazas no siempre es una tarea fácil, al fin y al cabo, estas acciones son llevadas a cabo por personas que trabajan en la propia organización, lo que dificulta la comprensión y el combate de estos ataques.
Con esto, es muy difícil separar algunos indicadores como los comportamientos de las amenazas, los intrusos descuidados o malintencionados, y las acciones y comportamientos de los empleados comunes.
Por lo tanto, para mitigar estos riesgos, es necesario adoptar una combinación de políticas, tecnologías y capacitación que le permitan identificar, monitorear y prevenir estos incidentes.
Políticas de control de acceso
Una de las mejores maneras de prevenir las amenazas internas es limitar el acceso a los datos y sistemas críticos solo a aquellos que realmente lo necesitan.
Con esto, las organizaciones tienen un mayor control sobre estos sistemas y son capaces de identificar amenazas.
El principio de acceso mínimo garantiza que cada persona tenga solo el nivel de permiso necesario para realizar sus tareas.
Esto reduce la probabilidad de que personas no autorizadas puedan acceder a información confidencial o realizar cambios comprometedores.
Además, es importante revisar periódicamente estos privilegios de acceso, especialmente después de cambios de rol o después de que los empleados se vayan.
También es necesario implementar la gestión de identidades y accesos con autenticación multifactor (MFA), esta medida refuerza la seguridad.
Monitoreo y detección de comportamientos sospechosos
El monitoreo continuo de las actividades internas es crucial para detectar comportamientos sospechosos que puedan indicar una amenaza. Como resultado, las organizaciones siempre están en alerta y vigilando a sus empleados.
Una variedad de herramientas pueden ayudarlo a monitorear el uso de datos en tiempo real e identificar actividades inusuales, como intentos de acceder a información fuera del horario laboral normal o transferencias de grandes volúmenes de datos.
Además, las soluciones de User and Entity Behavior Analytics (UEBA) utilizan el Machine Learning y la Inteligencia Artificial para analizar el comportamiento de las personas y detectar patrones sospechosos o inusuales.
Todas estas acciones son esenciales para mitigar los riesgos de las amenazas internas, permitiendo una respuesta rápida y eficiente para que los equipos puedan actuar antes de que ocurra el daño.
Formación continua
Capacitar a las personas sobre las políticas de seguridad es esencial para combatir las amenazas internas, deben ser introducidos a temas como:
Higiene de contraseñas;
Manejo adecuado de los datos;
Reporte de dispositivos perdidos;
Cómo reconocer una estafa de phishing;
Cómo enrutar correctamente las solicitudes de acceso;
Uso correcto de las herramientas corporativas.
Esto se debe a que el error humano es uno de los principales factores que contribuyen a los fallos de seguridad en cualquier organización.
Esto se debe a que, incluso con tecnologías y políticas de seguridad avanzadas, una persona distraída o mal informada puede exponer involuntariamente a la empresa a riesgos.
Ante este panorama, la educación y la concienciación continuas son fundamentales para construir una cultura de seguridad sólida, donde las personas entiendan la importancia de la ciberseguridad y su papel en estas acciones.
Los empleados deben recibir formación y actualización sobre las últimas amenazas y las mejores prácticas de seguridad.
Después de todo, la conciencia es el primer paso para reducir los errores humanos, porque cuando las personas comprenden las consecuencias de sus acciones, son más cuidadosas y adoptan prácticas seguras en el lugar de trabajo.
El ecosistema PhishX en la lucha contra las amenazas
PhishX es un ecosistema completo, especializado en ciberseguridad. Nuestras soluciones ayudan a las organizaciones a prevenir y mitigar los riesgos asociados con errores humanos y acciones maliciosas dentro de la organización.
La plataforma brinda capacitación en concientización sobre seguridad, que ayuda a las personas a identificar amenazas como phishing, ataques de ingeniería social y malas prácticas en el uso de herramientas corporativas.
Con estas acciones, las empresas son capaces de promover una cultura de seguridad más fuerte y reducir considerablemente la probabilidad de incidentes causados por errores humanos.
Además de la concienciación, PhishX también ofrece funciones de supervisión de la actividad que ayudan a detectar comportamientos sospechosos. Esta supervisión es una capa adicional de protección que minimiza el riesgo de fuga de datos.
Nuestra plataforma ofrece informes personalizados e indicadores de rendimiento, que permiten a las organizaciones realizar un seguimiento de la evolución de la formación y la eficacia de las políticas de seguridad internas.
Al integrar la educación continua, el monitoreo activo y la gestión de acceso eficiente, PhishX se convierte en un aliado esencial para cualquier organización que busque proteger sus activos y prevenir incidentes de seguridad interna.
Esto se debe a que, al invertir en educación y concienciación, las instituciones reducen significativamente los riesgos asociados al error humano, que es una de las principales causas de los incidentes de seguridad.
Una formación periódica y bien estructurada, combinada con una sólida cultura de seguridad y las herramientas adecuadas, garantiza que los empleados se conviertan en una línea de defensa esencial contra las ciberamenazas.
Comentarios