El modelo de trabajo híbrido ya está incorporado a nuestra sociedad y ha traído consigo más flexibilidad y eficiencia para las organizaciones, sin embargo esta facilidad también se ha traducido en nuevos retos, especialmente para la ciberseguridad.
Al fin y al cabo, en este modelo de trabajo, las personas pasan el día con dispositivos conectados desde diferentes lugares, como en la oficina, en casa o incluso en entornos públicos.
Como resultado, los endpoints se han vuelto aún más vulnerables a los ataques, por lo que garantizar su protección es esencial para evitar fugas de datos, accesos no autorizados y la propagación de malware dentro de las redes corporativas.
Sin embargo, ¿cómo proteger un entorno tan diverso y dinámico?
Este escenario requiere soluciones y estrategias efectivas para mitigar los riesgos y garantizar la seguridad, después de todo, la protección de los dispositivos debe funcionar independientemente de dónde se esté llevando a cabo el trabajo.
¿Cómo ha amplificado el trabajo híbrido los ataques a los endpoints?
El cambio en la forma de trabajar actualmente ha traído consigo una importante expansión de la superficie de ataque, es decir, de los puntos vulnerables que pueden ser explotados por los ciberdelincuentes.
Entre los principales objetivos, los endpoints empresariales destacan como puntos críticos de exposición.
Esto sucede porque cuando las personas cambian entre diferentes redes y dispositivos como:
Redes domésticas;
Wi-Fi público;
Hotspots móviles.
Los endpoints ahora operan en entornos menos controlados que las redes corporativas tradicionales, lo que aumenta el riesgo de ciberataques, como malware y ransomware.
De esta forma, los dispositivos conectados a redes inseguras pueden infectarse y posteriormente contaminar la red de la empresa, además, la falta de un control estricto sobre los dispositivos personales facilita la interceptación de credenciales y el acceso indebido.
Otro riesgo muy común causado por el trabajo híbrido es el phishing dirigido, porque los empleados remotos son más susceptibles a estos ataques, especialmente cuando utilizan endpoints fuera del entorno protegido de la organización.
Además, la diversidad de dispositivos, que incluye desde computadoras portátiles hasta teléfonos inteligentes y tabletas, hace que la tarea de proteger todos los puntos finales sea aún más compleja.
Después de todo, muchas empresas enfrentan dificultades para mantener las actualizaciones de software, implementar soluciones de protección y aplicar políticas de seguridad consistentes en estos entornos.
Por lo tanto, es necesario tener un ojo atento y estratégico para proteger los endpoints y evitar que se vuelvan vulnerables, porque el trabajo híbrido es efectivamente una facilidad, pero también puede convertirse en un riesgo.
¿Cuáles son los principales retos de la protección de endpoints?
Muchas organizaciones no tienen control sobre cuántos endpoints tienen en sus redes y si realmente están protegidos. Es precisamente en esta vulnerabilidad donde reside el peligro, convirtiéndose en una puerta de entrada para los delincuentes.
Esto se debe a que las redes domésticas sin la configuración de seguridad adecuada y las redes Wi-Fi públicas facilitan la interceptación de datos, mientras que el uso de dispositivos personales, a menudo desprotegidos o desactualizados, aumenta aún más el riesgo de intrusiones.
Por lo tanto, este cambio en la ubicación y las herramientas de trabajo requiere un nuevo enfoque de la protección, donde es necesario identificar los desafíos e implementar soluciones efectivas para garantizar la seguridad de los datos y la infraestructura corporativa.
Conexiones en redes inseguras
El trabajo híbrido aporta flexibilidad a las personas y, con ello, acaban utilizando redes Wi-Fi domésticas o públicas para acceder a los sistemas corporativos.
Estas redes pueden parecer inofensivas, pero a menudo tienen configuraciones de seguridad inadecuadas o están completamente desprotegidas, las Wi-Fi públicas, en particular, presentan un alto riesgo ya que pueden interceptar datos fácilmente.
Además, por mucho que las redes domésticas sean más seguras que las públicas, a menudo tienen contraseñas débiles o enrutadores sin las actualizaciones necesarias, lo que las hace vulnerables a los ataques.
De esta forma, la falta de control que generan estas redes crea brechas en la seguridad de la organización, ofreciendo graves riesgos que muchas veces son difíciles de rastrear o incluso de evitar.
Errores humanos
El acceso a los endpoints puede convertir a las personas en un eslabón vulnerable en la seguridad de la organización.
Esto se debe a que muchos ciberataques explotan directamente el factor humano, utilizando tácticas de ingeniería social para inducir comportamientos que comprometen la integridad de toda la infraestructura de la empresa.
Es necesario entender que incluso con soluciones de protección avanzadas, un solo error humano es suficiente para que un ciberdelincuente obtenga acceso a un endpoint.
Además, las personas a menudo realizan acciones sin conocimiento, lo que puede comprometer la seguridad, como cambiar la configuración del dispositivo, deshabilitar los firewalls o reducir los niveles de protección para facilitar el acceso a ciertos sitios web o aplicaciones.
Los empleados también pueden desactivar las herramientas de seguridad, como los antivirus o los sistemas de monitorización, porque creen que están obstaculizando el rendimiento del dispositivo.
Y en muchos casos, descargar archivos inseguros de fuentes desconocidas, abriendo lagunas para el malware.
Estas acciones son muy peligrosas y todas tienen algo en común, la falta de conocimiento sobre seguridad digital, que a menudo sucede debido a la falta de conocimiento o a un intento de agilizar las tareas.
Sin embargo, este comportamiento de las personas dificulta el mantenimiento de un entorno seguro y crea brechas que los ciberdelincuentes explotan fácilmente.
Actualizaciones y mantenimiento de dispositivos remotos
La descentralización del entorno de trabajo, con dispositivos conectados en diferentes ubicaciones y redes, crea una serie de complicaciones para los equipos de TI, que necesitan asegurarse de que cada equipo esté debidamente protegido.
Esto se debe a que las actualizaciones de software no solo introducen nuevas funciones, sino que también corrigen vulnerabilidades conocidas.
De esta manera, los sistemas obsoletos se convierten en una puerta de entrada para los ciberdelincuentes, que a menudo explotan las lagunas para instalar software malicioso, robar información u obtener acceso no autorizado a la red corporativa.
Como resultado, sin supervisión física, la aplicación uniforme de las políticas de seguridad y la rápida resolución de problemas técnicos se vuelven complejas.
Después de todo, esta falta de control centralizado aumenta la probabilidad de que los dispositivos vulnerables se conecten a la red corporativa, lo que amplifica los riesgos para la infraestructura general.
Además, la variedad de endpoints requiere un enfoque multifacético para administrar estas actualizaciones, después de todo, cada tipo de dispositivo tiene ciclos de actualización y requisitos específicos, lo que dificulta la creación de un proceso único y eficiente.
¿Cómo superar estos desafíos?
Superar los desafíos de seguridad en el trabajo híbrido requiere un enfoque que combine tecnología, políticas efectivas y conciencia de las personas.
Es necesario entender que las conexiones en redes inseguras, los errores humanos y las dificultades para actualizar y mantener los dispositivos son tres puntos críticos que, si no se tratan adecuadamente, pueden comprometer la protección de la organización.
En lo que respecta a las redes inseguras, para superar este desafío, es fundamental implementar el uso de VPN, además, es importante educar a las personas sobre la importancia de configurar redes domésticas con contraseñas seguras y actualizar los enrutadores con regularidad.
El factor humano es otro gran reto, porque muchos ciberataques, como el phishing y el ransomware, se aprovechan de la falta de atención o conocimiento de las personas.
Y la solución está en un programa continuo de educación en seguridad digital , con simulacros de ataques y campañas de phishing, estas acciones ayudan a concienciar a las personas de los peligros y mejorar sus reacciones ante los intentos de fraude.
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Además, nuestras campañas de concienciación educan a los empleados sobre las buenas prácticas de seguridad, como el uso de VPN y la configuración de redes domésticas más seguras, lo que reduce significativamente los riesgos de exposición.
La ingeniería social y el error humano son desafíos que PhishX aborda con un enfoque estratégico en la capacitación y la concienciación.
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Estas iniciativas permiten a las personas reconocer las amenazas y actuar de manera proactiva, disminuyendo el riesgo de verse comprometido por los ciberataques.
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